Vivienda en varias plantas que se encuentra en una parcela plana pero con una cantidad de tierra de relleno que supera los 6 metros de profundidad por lo que se tuvo que proceder a una micropilotaje de su cimentación.
El reto en esta vivienda fue la poca edificabilidad (posee 130 m2 construidos como máximo) y la propiedad planteaba que la vivienda pareciese más grande por dentro y por fuera, por lo que desde el estudio de arquitectura se opto por diferentes volúmenes que se deslizan sobre el núcleo de comunicación vertical y rompen el tradicional cubo contemporáneo, sobresaliendo mediante terrazas y voladizos.
Se presento al propietario el proyecto de forma que el interior de la vivienda aceptase posibles ampliaciones de forma sencilla, y el uso de la cubierta tradicional mediante una buhardilla y la elevación de la cubierta todo lo posible que el margen de la normativa nos permitía.