Este proyecto llega al estudio de Neoarquitectos como un reto donde la ambición de un propietario por reformar una vivienda del año 1975 y transformarla en una vivienda contemporánea no parece fácil, debido al estado de deterioro que tenía la vivienda original.
Tras un estudio concienzudo de las necesidades del cliente se presenta una vivienda en dos plantas, donde la mayoría de las estancias se sitúan en planta baja, dejando únicamente la planta Alta como espacio reservado al propietario.
La estructura de muros de carga original se aprovechan en las estancias más pequeñas, mientras que en las zonas nobles de salón y comedor se requería generar espacios abiertos que finalmente se realizaron mediante la implantación de una estructura metálica